De la roca al agua: el salto extremo de David Boudia

Hay quien practica deporte por afición, por pasión o por costumbre. Pero para quienes practican un deporte extremo, la cosa va mucho más lejos. Por un lado está la persona que se enfrenta a sus miedos; por otro, la naturaleza, un oponente tan poderoso como impredecible. David Boudia, clavadista olímpico, aceptó el reto.


Saltando lejos de la zona de confort

Para David Boudia, campeón mundial en salto, los convencionalismos de la competición y sus reglas se habían quedado pequeños. Cuando lo has ganado todo saltando desde lo más alto, la ambición va más allá de aumentar la distancia entre el agua y la plataforma. Por eso David se embarcó en un viaje a solas para enfrentarse al agua en su estado más salvaje: el mar. En esta modalidad de salto, el trampolín deja de ser una herramienta creada para facilitar la ejecución y se convierte en una dificultad añadida en forma de roca; el jurado, habitualmente formado por un reducido grupo de personas que te valoran, se transforma en un único y exigente juez: tú mismo.


"...David se embarcó en un viaje a solas para enfrentarse al agua en su estado más salvaje.” 


La historia de David Boudia es una historia de superación constante, de convivencia y lucha con el elemento esencial de la vida: el agua. Si quieres conocer más acerca de su vida en las alturas, no te pierdas el vídeo que Armani Acqua Di Giò ha creado junto con David. Un relato sincero y cercano sobre la unión del hombre con la naturaleza, donde el agua no es solamente un medio de trabajo, sino una pasión y un estilo de vida.

Disfrutando del viaje

Hagamos un símil gastronómico: hay gente que goza con la comida pero no disfruta tanto el proceso culinario. Total, vas a pasar horas cocinando algo que comerás en pocos minutos. Pero los buenos chefs disfrutan del proceso de creación tanto o más que del resultado final. Esto mismo puede decirse de David Boudia. En un deporte como el salto, la ejecución en sí apenas llega a los dos segundos de duración. En la comodidad de la piscina olímpica, el tiempo que pasa entre un salto y otro depende de tu velocidad en subir las escaleras de la plataforma; sin embargo, el ascenso puede durar horas al saltar en plena naturaleza. No se trata de la técnica en la caída, sino de disfrutar de todo el viaje.


“No se trata de la técnica en la caída, sino de disfrutar de todo el viaje”


Volviendo a lo esencial

Cuando has cultivado el éxito como deportista de élite, los triunfos dejan de medirse en medallas y trofeos. Uno de los mayores logros de David Boudia tiene muy poco que ver con la clasificación en una competición olímpica. Tiene que ver con el olor del mar, con el rumor del viento entre las palmeras, con la sensación de la roca bajo los pies desnudos. El éxito no se mide en reconocimiento ajeno, sino en las metas que tú mismo te impones para superarte cada día.


En esa batalla trascendente entre la condición humana y las inclemencias de la naturaleza, nace Acqua di Giò como símbolo de que estos golpes son también impulsos. De que las dificultades esconden a su vez reconfortantes placeres. Así es la naturaleza, así es  #ArmaniBeauty.